Skip to main content

Viajes de negocios y peso: guía práctica

Dra. Karen Michelle Arreola
octubre 16, 2025
Los viajes de negocio alteran el metabolismo

Mantener el peso cuando se viaja frecuentemente exige estrategia, porque el desfase horario, el estrés y la logística de aeropuertos y hoteles alteran el ritmo circadiano, el apetito y la actividad física de forma acumulativa. Aunque la mayoría de ejecutivos viaja al menos una vez al mes, muchos reportan desafíos de bienestar y equilibrio, por lo que estructurar hábitos “portátiles” es clave para resultados sostenibles.​

Empresarios viajando para llegar a tiempo

El desafío del peso

Los viajes frecuentes desorganizan horarios de comida y sueño, elevan el cansancio y favorecen elecciones calóricas densas en entornos de aeropuerto y hotel, lo que facilita el superávit energético crónico.​ Además, estos factores se combinan con la presión de las reuniones y eventos sociales, donde la oferta gastronómica suele ser poco saludable y abundante, lo que dificulta mantener un control adecuado del peso.

La falta de tiempo y la necesidad de adaptarse rápidamente a diferentes zonas horarias también afectan la rutina de ejercicio, reduciendo la actividad física diaria y aumentando la sensación de fatiga. Por ello, es fundamental implementar estrategias prácticas que permitan conservar hábitos saludables durante los viajes de negocios, considerando aspectos como la planificación anticipada de comidas, la elección consciente de alimentos y la incorporación de ejercicios breves pero efectivos en la agenda diaria.

Estas prácticas no solo contribuyen a mantener el peso, sino que también mejoran el bienestar general y el rendimiento laboral en entornos de alta demanda.

Estadística: 8–15 días/mes

El viajero corporativo promedio realiza varios viajes al año, y los altos directivos reportan al menos un viaje mensual, con variaciones por sector que pueden concentrar entre 8–15 días de movilidad en meses pico.​

Esta frecuencia de viajes implica una constante adaptación a distintos entornos, horarios y demandas laborales, lo que puede afectar tanto la salud física como el rendimiento profesional.

En este contexto, las empresas deben fomentar políticas claras y estrategias que apoyen a sus empleados en la organización y ejecución de sus desplazamientos, considerando el impacto que estos tienen tanto en la vida personal como en la productividad laboral. Así, se promueve una cultura de trabajo que valora la importancia de mantener un equilibrio saludable durante los viajes de negocios.

Estas cargas de agenda incrementan la exposición a cambios de uso horario, comidas fuera de casa y entornos con baja humedad, factores que se asocian a fatiga, apetito desregulado y deshidratación.

Además, estos factores pueden afectar negativamente el rendimiento laboral y la salud general del viajero de negocios. La fatiga acumulada puede disminuir la concentración y aumentar el estrés, mientras que el apetito desregulado puede llevar a elecciones alimenticias poco saludables, incrementando el riesgo de aumento de peso y problemas metabólicos.

Mala alimentación en la habitación

La deshidratación, común en vuelos largos debido a la baja humedad en cabina, puede causar malestar físico, dolores de cabeza y fatiga adicional. Para mitigar estos efectos, es fundamental implementar estrategias que incluyan una adecuada hidratación, planificación anticipada de las comidas y la incorporación de pausas activas o ejercicios ligeros durante el día.

Asimismo, la adaptación progresiva a los cambios de huso horario mediante la regulación de los horarios de sueño y alimentación puede ayudar a minimizar los síntomas del jet lag y mejorar el bienestar general durante el viaje.

Estas prácticas no solo contribuyen a mantener el peso y la salud física, sino que también favorecen un mejor desempeño profesional, permitiendo afrontar las demandas del business travel con mayor energía y eficacia.

Horario y metabolismo

Los cruces de husos horarios alteran el ritmo circadiano y la secreción de cortisol, desplazando el pico matutino y elevando los niveles nocturnos. Esta alteración tiene un impacto directo en el hambre, la regulación de la glucosa y el rendimiento cognitivo de manera transitoria. Cuando el cuerpo experimenta esta “desincronización”, puede manifestar síntomas de fatiga, dificultad para concentrarse y cambios en los patrones de alimentación.

Esta desincronización del reloj biológico suele persistir entre 24 y 36 horas después de vuelos que cruzan husos horarios de este a oeste, contribuyendo a la aparición del conocido jet lag. Además, provoca que los horarios habituales de comida se desalineen con la biología interna del viajero, dificultando mantener una alimentación equilibrada y afectando el metabolismo.

Por ello, es fundamental comprender estos efectos para implementar estrategias que ayuden a minimizar su impacto durante los viajes de negocios y mantener un mejor equilibrio físico y mental.

Aeropuertos y hoteles

La oferta típica en aeropuertos y minibares prioriza ultraprocesados y bebidas azucaradas; elegir proteína magra, frutas enteras y agua reduce picos de glucosa y saciedad corta. Esta elección consciente no solo ayuda a mantener niveles estables de energía durante el viaje, sino que también contribuye a evitar el consumo excesivo de calorías vacías que pueden afectar el control del peso.

Optar por alimentos naturales y frescos favorece una mejor digestión y bienestar general, aspectos fundamentales para quienes deben mantener su rendimiento durante viajes de negocios.

Alimentación en el aeropuerto preparada

En muchos aeropuertos, la variedad de opciones saludables puede ser limitada, por lo que es recomendable planificar con anticipación y llevar snacks nutritivos como frutos secos, barras de proteína o frutas frescas.

De esta manera, se reduce la dependencia de alimentos procesados y se mantiene una alimentación equilibrada a pesar de las exigencias del viaje.

Asimismo, en el minibar del hotel, aunque la oferta suele estar orientada hacia productos poco saludables, es posible buscar alternativas más sanas o complementar con alimentos propios que se hayan llevado. Mantener una hidratación adecuada con agua es esencial para contrarrestar los efectos de la baja humedad en cabina y favorecer la recuperación física.

Estrés de viajes

El estrés operativo (itinerarios, conexiones) y social (comidas de negocio) eleva conductas de compensación calórica y recorte de sueño, potenciando el apetito y el antojo por carbohidratos rápidos. Esta combinación de factores no solo afecta el control del peso, sino que también puede disminuir la capacidad de concentración y aumentar la sensación de fatiga durante el día.

Además, la presión social en comidas de negocios puede llevar a consumir alimentos y bebidas en exceso, muchas veces ricos en grasas y azúcares, dificultando mantener una alimentación equilibrada. La necesidad de adaptarse a horarios cambiantes y la falta de descanso adecuado contribuyen a un círculo vicioso donde el cuerpo busca energía rápida para afrontar el cansancio, lo que se traduce en elecciones alimenticias poco saludables.

Para contrarrestar estos efectos, es fundamental implementar estrategias que incluyan la planificación anticipada de snacks saludables, establecer límites en el consumo de alcohol y fomentar pausas activas para mejorar el descanso y reducir el estrés. Estas prácticas ayudan a mantener un balance energético adecuado y favorecen el bienestar general del viajero de negocios, permitiendo un mejor desempeño en sus actividades profesionales.

Fisiología del viajero

Jet lag y cortisol: tras vuelos transpolares, el patrón de cortisol se invierte temporalmente, con elevación nocturna y descenso matutino, favoreciendo sueño fragmentado y hambre nocturna.​ La inversión temporal del patrón de cortisol no solo altera el sueño, sino que también puede aumentar el estrés y la sensación de fatiga durante el día, dificultando la concentración en reuniones y tareas importantes.

Disrupción de sueño: la desalineación circadiana afecta función ejecutiva y control de impulsos, complicando mantener porciones y elecciones saludables en agendas.​

Deshidratación en vuelos: La deshidratación, común en vuelos largos debido al bajo nivel de humedad en cabina, puede provocar dolores de cabeza, sequedad en la piel y mucosas, además de afectar la capacidad cognitiva. Por ello, mantener una ingesta constante de líquidos es crucial para mitigar estos efectos negativos.

Inactividad prolongada: No solo reduce el gasto calórico sino que también puede ocasionar molestias musculares y problemas circulatorios. Incorporar pausas activas con estiramientos o caminatas cortas durante las escalas o incluso dentro del avión contribuye a mejorar la circulación y a reducir la sensación de fatiga.

En conjunto, comprender y manejar estos aspectos fisiológicos es fundamental para preservar la salud y el equilibrio durante los viajes de negocios, asegurando que el profesional pueda mantener un desempeño óptimo a pesar de las condiciones adversas que implica el desplazamiento frecuente.

Alimentación estratégica

Antes del viaje: planificar 1–2 comidas “ancla” ricas en proteína y fibra, empacar snacks densos en nutrientes (nueces, jerky, fruta), y definir reglas simples por huso horario.

En aeropuertos (MTY, CDMX, USA): priorizar bowls con proteína, ensaladas, sándwiches integrales con pavo/atún, yogur griego, fruta y agua; evitar bebidas azucaradas y panes dulces prevuelo.​

  • En vuelo: hidratarse con 1 vaso de agua por hora y usar snacks de proteína/fibra para estabilidad energética; el aire seco incrementa pérdidas insensibles de agua.​

  • En hoteles: pedir proteína a la plancha, doble porción de verduras, carbohidrato integral y salsas aparte; desayunos con huevos, yogur griego y fruta mejoran saciedad.​

  • Comidas de negocios: elegir entradas proteicas, compartir postre, limitar alcohol a 1 copa o elegir agua con gas; negociar sedes con opciones saludables cuando sea posible.

Para complementar estas recomendaciones, es fundamental mantener una comunicación clara con los proveedores de alimentos en hoteles y restaurantes, solicitando opciones que se ajusten a las necesidades nutricionales durante el viaje. Además, llevar una lista de contactos de lugares que ofrezcan menús saludables en el destino puede facilitar la elección de alimentos adecuados y contribuir a la sostenibilidad del plan alimenticio.

Asimismo, es aconsejable planificar el transporte y alojamiento considerando la proximidad a lugares donde se puedan realizar actividades físicas o acceder a opciones de alimentación saludable. Esto no solo optimiza el tiempo, sino que también mejora la experiencia general del viaje y favorece el mantenimiento del peso y bienestar.

Finalmente, integrar estas prácticas con un adecuado presupuesto para viáticos y gastos relacionados asegura que las decisiones tomadas durante el viaje estén alineadas con las políticas de la empresa y las metas personales de salud del viajero, promoviendo un equilibrio entre la vida profesional y el cuidado personal.

Ejercicio mínimo efectivo

A continuación te damos una serie de ejercicios que puedes realizar cuando estés en tu habitación o destinos en los que estés:

  • Rutina 15 minutos en habitación: circuitos de empuje, tracción isométrica, sentadillas, zancadas y planchas en intervalos 30–45 s con descansos breves, para mantener masa muscular.​

  • Gimnasios de hotel: enfoque “compuesto”: sentadilla, press, remo, biseries 2–3 series submáximas; si hay poco tiempo, prioridad a 3 movimientos de cuerpo completo.

  • Caminar en viajes: fijar 7–10 mil pasos con “reuniones caminando” y traslados a pie; micro-caminatas posprandiales de 10–15 minutos mejoran glucemia.​

  • Apps rápidas: seleccionar aplicaciones con rutinas HIIT de 8–20 minutos y movilidad guiada para escenarios sin equipo.​

Ejercicio en la habitación del hotel

Continuidad médica

Para no dejar atrás tu tratamiento médico, siempre puedes realizar consultas virtuales, que te ayudarán a distintas cosas como ajustes de nutrición, sueño y medicación desde cualquier ciudad con conectividad estable. Estas consultas permiten mantener un seguimiento constante y personalizado, adaptando el plan de salud a las condiciones cambiantes del viaje y al impacto que este puede tener en tu cuerpo.

Además, la telemedicina facilita la comunicación rápida con profesionales de la salud, lo que es especialmente útil para resolver dudas o ajustar tratamientos ante síntomas inesperados o cambios en el entorno.

Otra ventaja importante es que las consultas virtuales reducen la necesidad de desplazamientos adicionales, ahorrando tiempo y esfuerzo, y disminuyendo el estrés asociado a la búsqueda de atención médica en un lugar desconocido.

También es posible coordinar la entrega oportuna de medicamentos y suplementos, asegurando que no falten durante la estancia fuera de casa.

Tomar consulta desde donde estés

Para maximizar los beneficios de estas consultas, es recomendable programar citas regulares y mantener un registro actualizado de tu historial médico y tratamientos, que pueda ser compartido fácilmente con los profesionales que te atienden. Así, podrás garantizar la continuidad de tu cuidado médico y proteger tu salud mientras cumples con tus compromisos laborales en diferentes destinos.

Ajustes en tiempo real: cambios de dosis o horarios pueden coordinarse al detectar signos de jet lag o insomnio en rutas específicas. Esto permite una mejor adaptación del tratamiento médico a las necesidades individuales del viajero, optimizando su bienestar durante el desplazamiento.

La comunicación constante con el equipo médico, a través de herramientas digitales, facilita la monitorización y el ajuste oportuno de las terapias, evitando complicaciones derivadas del desfase horario o la fatiga acumulada.

Checklist del viajero saludable

Pre-vuelo: plan de comidas, snacks de emergencia, botella reutilizable vacía, rutinas cortas guardadas, recordatorios de medicación al huso destino. Además, es fundamental revisar con anticipación las opciones de alimentación disponibles en el destino y en los puntos de escala para evitar depender de alimentos poco saludables.

Organizar un menú flexible que contemple las diferencias horarias y las posibles variaciones en los horarios de las comidas ayuda a mantener una ingesta equilibrada. Preparar una lista de compras o llevar alimentos específicos que se ajusten a las necesidades personales puede ser una estrategia eficaz para asegurar el acceso a opciones nutritivas durante todo el viaje.

Durante viaje: hidratarse con un vaso de agua por hora de vuelo, optar por elecciones alimenticias que incluyan proteínas y verduras para mantener la energía y la saciedad, realizar micro-movimientos o estiramientos cada 60–90 minutos para mejorar la circulación y reducir la fatiga.

Caminar entre 7 y 10 mil pasos diarios para mantener la actividad física, y limitar el consumo de alcohol para evitar la deshidratación y el impacto negativo en el sueño y el metabolismo. Estas prácticas contribuyen a mantener un equilibrio saludable durante el viaje, favoreciendo tanto el bienestar físico como el rendimiento profesional.

Post-viaje: normalizar sueño, 1–2 entrenamientos compuestos, volver a dos comidas “ancla” densas en proteína y fibra, seguimiento con equipo médico. Además, es fundamental retomar una rutina regular de sueño para restablecer el ritmo circadiano afectado durante el viaje.

Se recomienda priorizar el descanso de calidad, evitando el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir y manteniendo horarios consistentes para acostarse y levantarse.

Finalmente, mantener un seguimiento continuo con el equipo médico es esencial para ajustar tratamientos, evaluar el impacto del viaje en la salud y prevenir posibles complicaciones. Las consultas virtuales son una herramienta valiosa para asegurar una atención oportuna y personalizada, adaptada a las necesidades específicas del viajero.

Este acompañamiento médico contribuye a un retorno saludable y a la continuidad de los hábitos que favorecen el éxito en los viajes de negocios y en la vida profesional.

Dra. Karen Michelle Arreola
Dra. Karen Michelle Arreola

Medicina general. Universidad Anáhuac México, Facultad de Medicina Campus Norte.

¿Cuál es tu tratamiento ideal?

Evaluación gratuita en 2 minutos

Empezar ahora
¿Cuántos kilos puedes perder?
Encuentra tu tratamiento ideal
¿Cuántos kilos puedes perder?
Encuentra tu tratamiento ideal