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Para quienes vivimos con Diabetes, saber cómo aplicar una inyección de insulina es fundamental. Las personas con diabetes tipo 1 necesitan administrarse insulina desde el inicio de la enfermedad. No solo es una habilidad que mejora nuestra calidad de vida, sino que nos brinda una mayor autonomía y control sobre nuestra condición.

A través de este artículo, explicaremos cómo inyectar insulina de manera correcta y segura.

Aplicar una inyección de insulina_ guía paso a paso

¿Qué es la insulina y por qué es importante?

Antes de sumergirnos en el “cómo”, es crucial entender qué es la insulina y su rol en nuestro cuerpo. La insulina es una hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre. Es importante marcar correctamente la dosis de insulina necesaria para evitar complicaciones como la baja de azúcar en la sangre.

Para las personas que viven con Diabetes, la administración de esta hormona es esencial para mantener estos niveles dentro de un rango saludable, evitando así las complicaciones a corto y largo plazo asociadas con la condición.

El suministro de la hormona debe ser exclusivamente prescrito por un profesional médico, sin excepciones.

Tipos de insulina y sus funciones

La insulina no es igual para todos. Existen diferentes tipos que varían en su rapidez de acción y duración. Los principales tipos son:

Insulina de acción rápida

La insulina de acción rápida se utiliza para controlar los niveles de glucosa en sangre que aumentan después de las comidas. Este tipo de insulina comienza a actuar en aproximadamente 15 minutos, alcanzando su punto máximo en 1 a 2 horas, y su efecto puede durar entre 3 y 4 horas.

Es ideal para quienes necesitan realizar ajustes rápidos en sus niveles de insulina, especialmente antes de las comidas. Algunos ejemplos de insulina de acción rápida incluyen la insulina lispro y la insulina aspart.

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Insulina de acción intermedia

La insulina de acción intermedia se utiliza para proporcionar un control a más largo plazo de los niveles de glucosa en sangre. Este tipo de insulina comienza a actuar aproximadamente 2 a 4 horas después de la inyección, alcanzando su máximo efecto entre 4 a 12 horas, y su duración puede extenderse de 12 a 18 horas.

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Es particularmente útil para el manejo de la glucosa entre las comidas y durante la noche. Un ejemplo común de insulina de acción intermedia es la insulina NPH (Neutral Protamine Hagedorn), que se puede utilizar en combinación con insulina de acción rápida para optimizar el control de la glucosa en personas con diabetes.

Insulina de acción prolongada

La insulina de acción prolongada está diseñada para proporcionar un control constante de los niveles de glucosa en sangre durante un período prolongado. Este tipo de insulina comienza a actuar entre 1 y 2 horas después de la inyección y puede durar hasta 24 horas o más, dependiendo de la formulación específica. Es especialmente útil para personas que necesitan un nivel basal de insulina constante a lo largo del día y la noche.

Algunos ejemplos de insulina de acción prolongada incluyen la insulina glargina y la insulina detemir. Estos tipos de insulina ayudan a reducir el riesgo de fluctuaciones de glucosa y son a menudo utilizados en combinación con insulina de acción rápida para un control más efectivo de la diabetes.

Es importante que los pacientes trabajen en estrecha colaboración con su equipo de atención médica para determinar el tipo y la dosis adecuada de insulina según sus necesidades individuales.

Preparación: antes de la inyección

Elegir el sitio de inyección

Elegir el sitio adecuado para la inyección de insulina es fundamental para asegurar una absorción eficaz y minimizar el dolor. A continuación, se presentan los sitios de inyección más recomendados:

  1. Abdomen: Este es uno de los lugares más comunes y preferidos para inyecciones de insulina. Asegúrate de inyectar al menos 5 cm (2 pulgadas) lejos del ombligo y alternar entre diferentes áreas para evitar la formación de tejido cicatricial.

  2. Muslos: La parte anterior y lateral del muslo también es una opción viable. Este sitio permite una buena absorción y es adecuado para aquellas personas que prefieren inyectarse en un lugar que puedan cubrir fácilmente.

  3. Parte superior de los brazos: La parte posterior o lateral del brazo puede ser utilizada, pero es más difícil de acceder para uno mismo, por lo que puede ser más adecuado si alguien más puede ayudar con la inyección.

  4. Nalgas: La zona de las nalgas puede ser un buen sitio para inyecciones, especialmente si se utiliza una técnica adecuada y se tiene en cuenta el ángulo de inserción.

Al utilizar estos sitios de inyección y seguir las recomendaciones mencionadas previamente sobre la rotación y la técnica adecuada, puedes optimizar tu tratamiento de insulina y reducir posibles complicaciones.

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Temperatura de la insulina

La insulina debe mantenerse en refrigeración entre 2 °C y 8 °C antes de abrirse. Una vez abierta, la insulina puede mantenerse a temperatura ambiente (hasta 25 °C) durante un máximo de 28 días, siempre y cuando no se exponga a la luz directa o al calor extremo.

Es importante evitar congelar la insulina, ya que esto puede dañar su estructura y disminuir su efectividad.

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Cómo inyectar insulina: paso a paso

Preparación de la jeringa

  1. Lava tus manos con agua y jabón.

  2. Si utilizas un frasco de insulina, ruedalo entre tus manos para mezclar el contenido (no agitar).

  3. Extrae la cantidad prescrita del líquido con la jeringa.

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Proceso de inyección

  1. Limpia el área de la piel con un algodón empapado en alcohol.

  2. Inyecta el medicamento para ello:

  3. Con una mano, pellizca suavemente la piel en el sitio de inyección para formar un pliegue. Esto ayuda a levantar el tejido adiposo y a asegurar que la insulina se inyecte en la capa adecuada debajo de la piel.

  4. Introduce la aguja a través del pliegue de piel en el ángulo adecuado a 90 grados y asegúrate de que entre completamente. Es importante insertar la aguja en la piel de manera firme pero cuidadosa.

  5. Presiona lentamente el émbolo de la jeringa o bolígrafo para administrar la insulina. Hazlo de manera constante para evitar burbujas de aire.

  6. Una vez completada la inyección, retira la aguja suavemente y sin movimientos bruscos para minimizar el dolor.

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Cuidados posteriores y almacenamiento

  • Después de la inyección, no masajees la zona.

  • Tira la aguja en un recipiente para objetos cortantes o en otro recipiente de plástico sólido. Asegúrate de eliminar las agujas de manera segura para evitar dañar a terceros.

  • Almacena la insulina no utilizada en el refrigerador, evitando congelarla.

¿Cómo se aplica la insulina con una pluma?

Para quienes prefieren una alternativa a la jeringa tradicional, la pluma de insulina es una opción conveniente. El proceso es similar, pero con la comodidad de dosis preestablecidas y una aplicación más sencilla. Es importante recordar volver a colocar la tapa del lápiz de insulina después de usarlo para garantizar la seguridad y correcto uso del instrumento.

Transporte de la insulina

Es fundamental utilizar una bolsa refrigerante o un frío permanente si la insulina necesita ser transportada por largos períodos. Asegúrate de incluir un termómetro para monitorear la temperatura y evita dejar la insulina en lugares calientes, como en el coche durante el verano.

Siempre verifica las fechas de caducidad antes de utilizar la insulina, y si sospechas que se ha deteriorado debido a almacenamiento inadecuado, consulta con tu médico antes de administrarla. Al seguir estas pautas, podrás garantizar que tu insulina se mantenga en las mejores condiciones posibles.

Errores comunes a evitar

Administrar inyecciones de insulina puede parecer sencillo, pero hay varios errores comunes que los pacientes deben evitar para asegurar la eficacia del tratamiento y la seguridad del proceso. Estos son algunos de los más frecuentes:

  1. No rotar los sitios de inyección: Inyectar en el mismo lugar repetidamente puede causar lipodistrofia, que es el endurecimiento o la acumulación de grasa en el área, lo que puede afectar la absorción de la insulina. Cambiar entre los sitios (abdomen, muslos, brazos, etc.) es crucial.

  2. No verificar la insulina antes de usarla: Es importante revisar la insulina antes de la inyección para asegurarse de que no esté caducada o contaminada, ya que esto puede afectar su eficacia.

  3. Usar la técnica incorrecta de inyección: La forma en que se realiza la inyección puede influir en la absorción de la insulina. Asegúrate de seguir correctamente los procedimientos, como el ángulo de inserción y la preparación del área.

  4. No mantener un registro adecuado de las dosis: Documentar cada inyección y su localización es esencial para el seguimiento de la administración y ayuda a ajustar las dosis según sea necesario.

  5. No gestionar adecuadamente los suministros: No tener suficientes agujas, jeringas o insulina a la mano puede resultar en inyecciones perdidas o retrasos en la administración de insulina.

Al ser consciente de estos errores y tomar las medidas necesarias para evitarlos, los pacientes pueden gestionar su diabetes de manera más efectiva y segura.

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Consejos para inyectar más fácil y menos doloroso

Administrar inyecciones de insulina puede ser una experiencia incómoda para algunos, pero hay varias estrategias que pueden ayudar a hacer el proceso más sencillo y menos doloroso. Aquí algunos consejos prácticos:

  1. Usa un sitio de inyección adecuado: Asegúrate de elegir un área del cuerpo con suficiente grasa subcutánea, como el abdomen o los muslos, para facilitar la inyección.

  2. Calienta la insulina: Dejar la insulina a temperatura ambiente durante unos minutos antes de la inyección puede ayudar a reducir la sensación de frío, lo que puede disminuir el dolor al inyectar.

  3. Relájate y respira profundamente: La tensión puede hacer que la inyección sea más dolorosa. Tomarte un momento para respirar hondo y relajarte antes de inyectarte puede marcar una gran diferencia.

  4. Utiliza una aguja adecuada: Las agujas más finas están diseñadas para causar menos dolor. Consulta con tu médico sobre el tipo de aguja que es mejor para ti.

  5. Inyección rápida y segura: Realiza la inyección con un movimiento firme y rápido. Esto puede ayudar a reducir el dolor en comparación con una inserción lenta.

  6. Aplica frío: Si es posible, aplicar un poco de frío en el área de la inyección antes de proceder puede adormecer la piel y reducir la sensación durante la inyección.

  7. Rota los sitios de inyección: Alternar entre diferentes áreas del cuerpo no solo evita la lipodistrofia, sino que también reduce la posibilidad de que se forme tejido cicatricial que puede ser más sensible al dolor.

  8. Práctica constante: Cuanto más te familiarices con el proceso de inyección, más cómodo te sentirás. La práctica puede ayudar a disminuir la ansiedad asociada con las inyecciones.

Al seguir estos consejos, los pacientes pueden hacer que el proceso de inyección de insulina sea más manejable y menos doloroso, lo que contribuye a un mejor control de la diabetes.

Empoderamiento y autocuidado

Dominar la técnica de la inyección de insulina es un paso vital en el camino hacia el empoderamiento y el autocuidado en la vida con Diabetes. Recordemos que cada persona es única, y las recomendaciones deben adaptarse a las necesidades individuales. 

 

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