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Más allá del IMC: los pilares para evaluar tu riesgo de obesidad

Dra. Darielle Cosette Rubi Aguilar Ceja
julio 24, 2025
La báscula no es el único elemento a considerar al momento de la obesidad

Seguro te ha pasado: te subes a la báscula, calculas tu Índice de Masa Corporal (IMC) y el resultado no parece coincidir con cómo te sientes o cómo te ves. O quizás eres una persona activa y musculosa, y el IMC te etiqueta con "sobrepeso", generando confusión y frustración.

Si es tu caso, no estás solo. Durante décadas, hemos confiado en el IMC como el estándar para definir la obesidad, pero la ciencia y la medicina moderna nos han demostrado algo fundamental: tu salud es mucho más que un número en la báscula.

Puntos clave para una evaluación real de tu salud

  • El Índice de Masa Corporal no distingue entre músculo y grasa y no considera la distribución de esta, por lo que puede ser un indicador engañoso.

  • La composición corporal importa más: Saber qué porcentaje de tu peso es músculo (metabólicamente activo) y qué porcentaje es grasa (especialmente la visceral) es crucial.

  • El perímetro de cintura es una señal de alerta: Esta medida es fundamental para identificar factores de riesgo, ya que mide la grasa abdominal, la más peligrosa para la salud metabólica, y es un indicador clave de riesgo cardiovascular y de diabetes tipo 2.

  • Tu salud interna es la verdad definitiva: Los análisis de sangre (glucosa, perfil de lípidos) revelan cómo funciona tu metabolismo por dentro, independientemente de tu peso.

El objetivo de la evaluación es guiar el uso de intervenciones personalizadas para mejorar la salud, considerando la combinación de medidas y el análisis de los factores de riesgo y causas individuales.

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Las limitaciones del IMC: por qué no cuenta toda la historia

El IMC es una herramienta útil para estudios de población a gran escala, pero a nivel individual, puede ser impreciso. Sus principales problemas son:

  • No distingue músculo de grasa: Un atleta con mucha masa muscular puede tener el mismo IMC que una persona sedentaria con un alto porcentaje de grasa corporal. Sus perfiles de salud son radicalmente diferentes.

  • No considera la distribución de la grasa: Ignora dónde se almacena la grasa, un factor determinante para el riesgo. La grasa abdominal no es igual que la grasa en las caderas.

  • No se ajusta a la edad, sexo ni a los diferentes sexos: No refleja los cambios naturales en la composición corporal que ocurren con la edad ni las diferencias entre hombres y mujeres, y tampoco considera las diferencias entre sexos y poblaciones específicas, como niñas y niños.

La paradoja del “obeso con peso normal” (o “delgado metabólicamente obeso”): Personas con un IMC “saludable” pueden tener un alto porcentaje de grasa visceral y enfrentar los mismos riesgos metabólicos que una persona con obesidad visible.

Además, el IMC no refleja el desequilibrio energético ni las causas de la obesidad en diferentes grupos, ya que no toma en cuenta factores como la genética, el entorno, la distribución de la grasa o las particularidades de distintas poblaciones.

El enfoque Clivi: una evaluación de 360° basada en 4 pilares

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Para entender tu salud real, en Clivi vamos más allá del IMC. Nuestro diagnóstico se basa en un análisis completo que integra los siguientes cuatro pilares. El enfoque de Clivi se fundamenta en estudios recientes sobre la evaluación de la obesidad y las enfermedades asociadas, considerando la alta prevalencia de sobrepeso u obesidad en países como Estados Unidos y en diversas poblaciones a nivel mundial.

Además, nuestra evaluación integral toma en cuenta los hallazgos de guías internacionales de manejo of obesity, asegurando un abordaje actualizado y respaldado científicamente.

Pilar 1: Composición corporal (qué hay debajo de la piel)

Tu peso total se compone de masa magra (músculos, huesos, órganos) y masa grasa. Entender esta proporción es el primer paso. El exceso de energía consumida a través de los alimentos se almacena como tejido adiposo, y la acumulación de este tejido es un factor clave en la obesidad.

  • Masa muscular: Es tu motor metabólico. Quema calorías en reposo y es esencial para la fuerza y la vitalidad. Realizar ejercicios con pesas y consumir suficientes proteínas ayuda a preservar la masa muscular y mejorar el metabolismo.

  • Masa grasa: Un exceso, especialmente la grasa visceral, produce inflamación y aumenta el riesgo de enfermedades crónicas. El tejido adiposo es un producto metabólico influenciado por hormonas, y su exceso puede deberse a la falta de actividad física y a una dieta inadecuada.

En Clivi, analizamos tu composición corporal y a partir de ello, elaboramos un plan que se enfoque en reducir la masa grasa mientras preserva o aumenta tu valiosa masa muscular.

Pilar 2: Perímetro de cintura (dónde se localiza la grasa)

Esta simple medición es increíblemente poderosa. Un perímetro de cintura elevado es un indicador directo de un exceso de grasa visceral, la grasa que rodea tus órganos internos y que es la más peligrosa.

  • Valores de alto riesgo:

    • Hombres: Superior a 102 cm

    • Mujeres: Superior a 88 cm

Un perímetro elevado aumenta significativamente el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, incluso si tu IMC es normal.

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Pilar 3: Salud metabólica (cómo funciona tu cuerpo por dentro)

Los análisis de laboratorio nos dan la verdad definitiva sobre tu estado de salud interno. Los indicadores clave que evaluamos son:

  • Glucosa y Hemoglobina Glicosilada (HbA1c): Nos dicen si tu cuerpo maneja bien el azúcar o si hay signos de resistencia a la insulina o prediabetes.

  • Perfil de lípidos: Medimos tu colesterol (HDL “bueno”, LDL “malo”) y triglicéridos para evaluar tu riesgo cardiovascular.

  • Presión arterial y frecuencia cardíaca: Ambos son indicadores vitales de la salud de tu corazón y arterias, y se evalúan para detectar posibles alteraciones en la función cardiovascular.

Pilar 4: Tu contexto individual (genética y estilo de vida)

Tú no eres un número. Eres una persona con una historia única.

  • Factores genéticos y hormonales: Tus antecedentes familiares y tu estado hormonal (tiroides, SOP, menopausia) son piezas clave del rompecabezas. Es importante considerar el grupo familiar y las experiencias vividas a lo largo de las diferentes etapas de nuestras vidas, ya que influyen en la predisposición y el desarrollo de la obesidad.

  • Estilo de vida: Analizamos tus patrones de alimentación, actividad física, calidad del sueño y manejo del estrés para entender el cuadro completo. La falta de sueño reparador o de actividad física, así como el desequilibrio en los hábitos diarios, pueden contribuir significativamente al aumento de peso. El uso de herramientas tecnológicas puede ayudarte a mejorar la forma en que abordas los cambios de hábitos, facilitando el seguimiento y la motivación.

 

Evaluación tradicional (IMC)

Evaluación integral Clivi

¿Qué mide?

Relación peso-altura

Composición corporal, grasa visceral, salud metabólica, factores de vida.

Enfoque

Cuantitativo y general

Cualitativo y personalizado

Resultado

Una etiqueta (ej. “sobrepeso”)

Un plan de acción claro y específico para tu cuerpo y tus necesidades.

Salud mental: el pilar invisible en la evaluación del riesgo de obesidad

Cuando hablamos de obesidad, muchas veces pensamos solo en el cuerpo, el peso o la dieta, pero rara vez nos detenemos a considerar el impacto que tiene en nuestra salud mental. Sin embargo, la preocupación constante por el peso, la imagen corporal y el riesgo de enfermedades puede convertirse en un problema de salud en sí mismo.

Los problemas de salud mental también pueden ser un factor que contribuye al aumento de peso y al desarrollo de obesidad. El estrés, la ansiedad o la depresión pueden llevar a buscar consuelo en los alimentos, alterar los patrones de sueño o reducir la motivación para la actividad física, lo que incrementa el riesgo de obesidad y otras afecciones.

Por eso, en la evaluación del riesgo de obesidad, es fundamental considerar la salud mental como un pilar clave. Existen formas efectivas de abordar estos problemas, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia de aceptación y compromiso, que ayudan a las personas a manejar la preocupación por el peso y a construir un estilo de vida más saludable y equilibrado. Recuerda: cuidar tu salud mental es tan importante como cuidar tu cuerpo, y ambos aspectos están profundamente conectados en la vida de cada persona.

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Conclusión: deja de medirte y empieza a conocerte

Dejar de obsesionarse con el número en la báscula es el primer paso hacia una relación más sana contigo mismo y tu bienestar. El objetivo es lograr una combinación de hábitos saludables, como ejercicio, alimentación equilibrada y cambios en el estilo de vida, para alcanzar un cambio duradero. La verdadera salud se encuentra en el equilibrio de tu composición corporal, en el buen funcionamiento de tu metabolismo y en hábitos de vida sostenibles.

Este enfoque integral de 4 pilares no es solo una teoría; es la base de cada diagnóstico y plan de tratamiento que creamos en Clivi. Porque entendemos que para lograr un cambio real y duradero, necesitamos la imagen completa.

Si estás listo para dejar atrás la frustración del IMC y obtener un mapa claro de tu salud real, estás listo para Clivi.

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Preguntas frecuentes

  • ¿Puedo tener un IMC normal y aun así necesitar perder grasa? Sí, absolutamente. Es el caso del "delgado metabólicamente obeso". Si tu perímetro de cintura es elevado o tus análisis de sangre están alterados, tienes un riesgo para la salud que debe ser atendido, sin importar tu peso.

  • ¿Cómo puedo medir mi composición corporal? Las básculas inteligentes de bioimpedancia ofrecen una buena estimación para usar en casa. Para una medición clínica precisa, existen métodos como el DEXA o la pletismografía, que tu médico puede recomendar.

  • ¿Qué análisis de sangre son los más importantes para la salud metabólica? Un perfil básico debe incluir glucosa en ayunas, hemoglobina glicosilada (HbA1c), y un perfil de lípidos (colesterol total, HDL, LDL, triglicéridos).

  • Si tengo predisposición genética, ¿estoy condenado a la obesidad? No. La genética carga la pistola, pero el estilo de vida aprieta el gatillo. Conocer tu predisposición es una herramienta poderosa para tomar medidas preventivas y proactivas, que es exactamente donde un plan de salud personalizado puede ayudarte.

Dra. Darielle Cosette Rubi Aguilar Ceja
Dra. Darielle Cosette Rubi Aguilar Ceja

Endocrinología y Medicina general Universidad Nacional Autónoma de México.

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